En el mundo digital en el que vivimos, todos buscamos información en internet antes de comprar un producto o consumir un servicio.

Al realizar esa búsqueda, Google (o cualquiera de los demás buscadores) nos da una serie de resultados; las empresas que aparecen en las primeras posiciones de esos resultados de búsqueda son las que tienen más posibilidades de recibir visitas, y por consiguiente: son quienes tienen más posibilidades de conseguir una conversión o venta.

Es decir, cuanto más arriba aparezca nuestra web en la primera página de un buscador; más visitas y más posibilidades de convertir tendrá.

Debemos trabajar para aparecer en esas primeras posiciones sino queremos perder clientes y posibilidades de venta.

Tenemos dos opciones:

• Llegar de forma orgánica (SEO) desarrollando una estrategia de SEO basada en una serie de acciones que respondan a los algoritmos de los buscadores. Si nos adaptamos a sus directrices y respondiendo a sus estándar de calidad y. Tendremos que entender cuál es su algoritmo y trabajar para que nuestros contenidos sean adecuados: adecúen a estos.

• O llegar a esas posiciones de forma inorgánica, es decir: pagando para llegar a las primeras posiciones (SEM). Si queremos aparecer en los primeros resultados pagando, tendremos que desarrollar una estrategia de SEM, siempre teniendo en cuenta por qué keywords nos vamos a posicionar en función de nuestro público.

El posicionamiento SEM (Search Engine Marketing) es el método de posicionamiento pagado que se utiliza para llegar de manera más rápida a las primeras posiciones de resultados.

Pero engloba todas aquellas estrategias que tengan que ver con posicionarse en motores de búsqueda, incluyendo el SEO.

Su principal misión es captar nuevos clientes y generar tráfico de calidad hacia el sitio web.

En España, el buscador más utilizado es Google y todos los demás buscadores se rigen por las mismas premisas (excepto Amazon que tiene sus propios requisitos).